El Juzgado 17 Penal Municipal con Funciones de Control de Garantías de Barranquilla acogió la petición de la Fiscalía Segunda Especializada del Grupo de Homicidios e impuso medida de aseguramiento intramural en contra de Fernando Stiven Acuña Fuentes, Gustavo Adolfo Villanueva Llerena y Eudo Enrique Romero Urdaneta como probables coautores del homicidio del patrullero de la Policía Jaider Gregorio Amador Quessep.

Al establecer el rol que cada una de estas personas cumplió para ejecutar el hecho, la Fiscalía acreditó, según el Juez, que Fernando Stiven Acuña Fuentes, Eudo Enrique Romero Urdaneta y Gustavo Adolfo Villanueva Llerena antes de cometer el hecho, desde tempranas horas del 17 de mayo de 2024, se reunieron en la estación de servicios del barrio 7 de Abril junto a Josué David Ácuña Fuentes y Johan Farid Viloria Carpio.

La reunión  quedó documentada debido a que cámaras de seguridad captaron esos momentos, catalogados por el fiscal y por el juez como actos preparatorios. 

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Luego el seguimiento como tal también fue puesto en evidencia por testigos silentes, valga decir, cámaras de seguridad, instaladas en la Estación de Policía del barrio El Bosque donde el patrullero prestaba sus servicios y en todo el recorrido que éste hizo desde que salió de la Estación hasta la casa de su madre en el barrio San Luis. 

Dio por sentado el togado que está demostrada la utilización de tres vehículos en la ejecución del hecho, dos automóviles y una motocicleta, como también quedó acreditado que uno de esos automóviles lo conducía habitualmente Fernando Stiven, vehículo que el día de su captura el pasado 26 de agosto fue hallado en su poder en la ciudad de Valledupar a donde se había trasladado después del crimen.

Por su parte, se estableció que quien disparó contra el policía fue probablemente Gustavo Adolfo Villanueva Llerena y que quien conducía la motocicleta era presuntamente el venezolano Eudo Enrique Romero Urdaneta, quienes fueron reconocidos como tales por un testigo presencial. 

Salió a relucir en las audiencias preliminares que, tanto Gustavo Adolfo como Eudo Enrique, antes de la comisión del hecho venían asumiendo las identidades de uno de sus hermanos, hecho que ellos mismos reconocieron, por lo que en principio las autoridades habían solicitado la captura de estos pensando que se identificaban como ellos solían decir. Ambas personas se encontraban cobijadas con detención domiciliaria por otro hecho en razón del cual se allanaron a cargos y esperan que se profiera sentencia en su contra. 

Las otras audiencias

En días pasados los jueces 12 y 16 ya habían cobijado con medida intramural a Johan Farid Viloria Carpio y Josué David Ácuña Fuentes, quienes cumplieron roles importantes en el seguimiento y vigilancia de los movimientos de la víctima. 

Clave  para resolver el crimen del policía fue que en horas de la mañana, cuatro horas antes, una patrulla de la Policía fue alertada por un ciudadano quien les hizo saber sobre la presencia de estas personas en la Estación de servicios del barrio 7 de abril y allí pudieron ser identificadas los mismos y los vehículos en los que se hallaban.

Luego siguió un trabajo que comprendió varias actividades a través de las cuales se logró ubicar, a través de la información entregada por las empresas de telefonía celular, a Eudo Enrique Romero Urdaneta en el recorrido que hizo la víctima momentos previos a su muerte.

Los tres jueces consideraron que la libertad de estas personas era un peligro para la comunidad e impusieron detención intramural como probables coautores de homicidio agravado y porte ilegal de armas agravado, negando la pretensión de los defensores que abogaron porque se les diera detención domiciliaria.